lunes, 6 de octubre de 2008

Saturnino Goya




Y la sangre le llenaba la boca, ¿era suya?
Puede que brotase de sus encías, o de los carrillos, fruto de un mordisqueo descontrolado...
O puede que fuese el resto de un único mordisco, de masticar carne ajena, como hacía el del cuadro que pintó, aquel del devorador...

Los vampiros no habían llegado a esta parte del mundo... creo.

2 comentarios:

Diego dijo...

¡Qué bueno! El otro día me enteré que el devorador antes de ser censurado salía ahi todo empalmado...
Para mi que va a ser algún hijo sí, y algún copazo de vino de burdeos para acompañar...

Guillermo dijo...

Muy buena aportación
Excelente Gracias
jajajajaja
¿No sería de Cariñena?
Noooooooooo
refinamientos afrancesados
jajajaja